domingo, 24 de mayo de 2009

EL MOVIMIENTO PERONISTA

Juan Domingo Perón, ¿El "gran conductor"?

“Perón, Perón, gran conductor, sos el primer trabajador”, son las frases que recita el estribillo de la marcha que representa al movimiento más importante de la Argentina y que resumen en una sola palabra lo que significó el general Juan Domingo Perón para gran parte del pueblo argentino. Para los trabajadores, Perón fue mucho más que un presidente, mucho más que un líder que supo guiarlos. Para las masas obreras de la Argentina en la década del ’40, Perón significó “la salvación”.

Para comprender este hecho, es necesario remontarse a los años anteriores al peronismo. Por estas épocas, las masas obreras no tenían ni voz ni voto en las cuestiones políticas del país. Su rol se limitaba a trabajar intensamente en las industrias. No tenían relevancia en la sociedad, nunca se manifestaban públicamente y eran despreciadas por las clases mejor acomodadas, a la vez que se encontraban sumidas en pobreza.

Cuando surgió la imagen de Perón, la situación cambió. Este líder – tan carismático – se mostraba atento a las cuestiones de los obreros y predicaba que trabajar para mejorar su condición y su calidad de vida era lo más importante. Y cabe decir que en cierta forma, lo logró, ya que se puede leer, o escuchar de boca de sus seguidores: que “efectivizó derechos sociales de los trabajadores, como las vacaciones”, que “generó planes de vivienda”, que “impulsó el voto de la mujer”, que “realizó inversiones en salud y educación”, que “combatió a la oligarquía”.

Pero sería injusto mencionar solo estas cuestiones. También debe reconocerse que Perón adquirió la posesión de los ferrocarriles, comprándolos a Inglaterra a muy bajo precio, que durante su gobierno Argentina exportaba carne y granos a los países beligerantes de Europa, por lo que se la llamaba “el granero del mundo”, y que permitió un ascenso en la posición social de las clases bajas. Y es especialmente este último punto lo que lo colocó en un altar para los trabajadores.

Con todos estos beneficios, no sorprende que Perón haya ganado el apoyo incondicional de los trabajadores, convirtiéndose en una especie de “héroe”. Es así como se ha desarrollado, más que un régimen, un movimiento que supo crecer y ser lo suficientemente fuerte como para seguir vigente a través de los años, y llegar hasta la actualidad, aunque tal vez hoy en día el concepto de “peronismo” se encuentre un tanto desvirtuado. Pero a raíz de estas cuestiones, surge una pregunta: ¿Realmente Juan Domingo Perón puede ser considerado un héroe?

En relación a este interrogante, cabe mencionar que así como el peronismo favoreció a las masas obreras y ayudó a su evolución, no todo eran “buenas intenciones”. En primer lugar, es menester mencionar el carácter demagógico del movimiento. La estrategia de “ayudar” a los obreros y satisfacer sus necesidades, sumada a promesas de “igualdad y justicia social”, produjo una especie de enamoramiento de estas masas hacia el líder popular. Gracias a este enamoramiento, Perón pudo manejar a su antojo a los trabajadores - que lo seguían embelesados -, obtener de ellos lo que quisiera y lograr así una cierta legitimidad en el gobierno.

En segundo lugar, se puede mencionar otra cuestión que saca a relucir la faceta negativa del peronismo. Y es que la generosidad del líder con los grupos proletarios - como por ejemplo otorgándoles planes de viviendas - generó en ellos un efecto de “acostumbramiento”. Es decir, de esta manera, los obreros se han acostumbrado a que “los satisfagan”, a que les den “el pan servido en la mesa”, y consecuentemente, han perdido la cultura del trabajo. Sí, Perón ayudó a las clases más bajas, pero al hacer esto, no inculcó en ellos el verdadero significado del “trabajo”, y esto hoy en día el país lo está pagando con creces.

Finalmente, hubo también un hecho que colaboró con el desarrollo y la legitimación del peronismo: este movimiento no tuvo un opositor capaz de hacerle frente. Dejando a un lado a los militares, cuya fuerza de coerción es indiscutible, el principal contrincante del peronismo – el radicalismo – nunca fue lo suficientemente audaz e ingenioso para “ganarse” al pueblo y movilizar a las masas de la forma que lo hizo el peronismo. Incluso, muchos de sus líderes no llegaron a cumplir su mandato, como por ejemplo (entre otros): Hipólito Irigoyen (en su segunda presidencia), Arturo Frondizi, Arturo Illía, y más recientemente Fernando De la Rúa.

Sin embargo, pese a todas estas cuestiones, es inevitable arribar a la siguiente conclusión: Perón pudo no haber sido precisamente un “héroe” como muchos lo consideran, pero hay que reconocer que si fue un “genio”. A pesar de los errores cometidos, y a pesar de que su política no fuera tan inocente y tan honesta como aparentaba, supo ganarse el apoyo incondicional del pueblo, supo manejar a las masas y fue capaz de crear un movimiento que ha trascendido con el paso de los años y que aún se mantiene vigente. Y mal que les pese a todos aquellos argentinos que se opongan al peronismo, esta es una verdad irrefutable.


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